George A. Romero y sus
muertos vivientes
El director rodeado de sus “hijos” legítimos.
EL COMIENZO DE TODO
Durante 1968 un joven George
A. Romero decidió, junto con nueve amigos más, realizar una película de
terror. Al rodar la cinta, pretendían no únicamente causar el mayor miedo
posible en el espectador, sino que, además, pretendían aleccionar a todos
aquellos que la vieran intentando abrirles los ojos, de forma metafórica, no
solo sobre lo que ocurría en esos momentos en les Estados Unidos: pretendían abarcar una crítica lo más amplia
posible en el espacio/tiempo.
Romero siempre ha intentado convencer a su legión de
seguidores que las temáticas que subyacen en su primer film fueron una
consecuencia anecdótica, una especie de truco de prestidigitación, por así
decirlo. Una casualidad.
A lo largo de más de 40 años se ha dicho, por activa y por
pasiva, que The night of the living dead
era una crítica a la guerra de Vietnam… y lo es en cierta manera. La
explicación a esta resolución tan atípica no es otra que la de hacer entender a
los lectores que Romero ponía en tela de juicio no únicamente la guerra, si no
el stablishment corporativista del
gobierno, pretendía subrayar lo que el gobierno o, mejor dicho, el poder, ha
conseguido hacer con los ciudadanos a lo
largo de la historia: Aislarlos de sus vidas, controlarlos y finalmente utilizarlos
para un fin determinado dependiendo del marco temporal en que uno se encontrase
( en 1968 la guerra del Vietnam pero también podría ser el miedo al comunismo
durante la guerra fría o, en la actualidad la alargada mano negra del ‘tea
party’).
LA TRILOGIA DE LOS MUERTOS
THE NIGHT OF THE LIVING DEAD (1968)
Lo primero que nos viene a la mente mientras visionamos esta
The night of the living dead es que
la película denota un presupuesto bajísimo, muestra unas ciertas carencias en
cuanto a producción que se resuelven magníficamente con un montaje escalofriante.
Romero empiezo a crear su propio microcosmos con esta cinta, logra mostrar las
reacciones individuales enmarcadas en un colectivo. Muestra el comportamiento (bastante
acertado) de cada uno de los personajes, les adjunta un rol determinado y muestra con naturalidad las
discrepancias por un lado, y las concordancias por otro. En ningún momento se
pone al lado de ningún personaje, dejando que sea el espectador quien, gracias
a su libre albedrio, elija con quien más empatiza.
Con una
fotografía en blanco y negro, con una aberración acromática que infunde a la
película un oscurantismo tenebroso (Recuerda mucho a la fotografía de
John L. Russell en el
Macbeth 1948 de
Orson Welles), y que consigue resaltar una sangre negrísima
(realizada con sirope de chocolate). Cabe resaltar, a su vez, la interesante
planificación de la cinta, sobretodo en interiores, donde incluso con la
evidente falta de espacio se consiguen planos interesantes y dramáticamente
medidos. Si bien es cierto que la película no es una prodigalidad de planos
excelsos, sí que tiene enclavamientos de cámara sencillos pero eficaces, que
consiguen que la cinta logre la expectación que promete.
Romero comprueba y
demuestra cuáles son sus localizaciones favoritas, y estas no son otras que las
zonas cerradas, estos espacios consiguen que el dramatismo no se deshilache, no
se despedace, los mantiene unidos como un dramaturgo que necesita sus actores
cerca para poder susurrarles sus indicaciones. Encierra herméticamente a sus
actores para que, a posteriori, la onda expansiva les alcance lo más próximo
posible y sus reacciones sean creíbles.
También subyacen
aspectos más evidentes como el racismo. Lejos quedaba 1955 y el incidente de
Rosa Parks y las posteriores muertes de
Martin Luther King y
Malcom X.
Romero
decidió darle el papel principal a un joven negro,
Duane Jones y realizar una parábola social con su patético
destino. Se trata de una visión nada
velada de la actitud que tuvo su gobierno para con los ciudadanos de color
antes (pero sobretodo después) de que se estableciera la decimotercera enmienda en 1865. En sus películas
posteriores, Romero utilizaría, casi en la totalidad de ellas, actores de
color, actores a los que dota de una personalidad particular y un destino
fatídico. En sus películas
Romero parece
subrayar la fuerza de la comunidad africana en la sociedad americana.
Que Romero es el
creador del arquetipo de zombi es evidente, y que en The night of the living dead consigue crear un zombi mínimamente inteligente
también (utilizan herramientas para lanzar, o para golpear puertas y ventanas),
y aquí es donde un servidor entiende que Romero
cae en un error, pues entiendo que no tenía en mente realizar secuelas del
filme. Esta explicación se corrobora con el comportamiento de los zombies en Dawn of the dead, donde vuelven a ser meros trozos de carne
hambrientos que vuelven al centro comercial por pura inercia (y por la
enfatización narrativa de la historia y del trasfondo de la misma). Se volvería
a ver algo similar en The land of the
dead pero no en The day of the dead (bub
realiza actos “humanos” gracias a métodos cognitivos).
Entonces… es un error de Romero ? No, ciertamente es una falta de confianza en si mismo o
simplemente una licencia del director que pensaba que sus muertos vivientes no
irían más allà de la pequeña localidad de Pensilvania.
Romero jamás ha comentada no da al
respecto, sin embargo siempre ha sido un fiel defensor de la evolución de los
zombies y tal y como se ve en su última obra Survive of the dead los está dirigiendo hacia la posible
cohabitación con los seres humanos.
The night of the dead
fue el principio de todo, fue la génesis de todo lo relacionado con los muertos
vivientes “modernos” hasta este momento,
y si Romero y su equipo consiguieron
evolucionar al muerto viviente haitiano de White
zombie (1932 Victor Halperin) y
al de I walked with a zombie (1943 Jaquest Tourneur), a partir de ahora,
uno se pregunta quien cojera el testigo que consiga “renacer” a los zombies?
DAWN OF THE DEAD (1978)… Y LOS MUERTOS VUELVEN
Diez años después de su gran opera prima, Romero decidió que era hora de devolver
a la vida a su engendro. Para conseguirlo tuvieron como máximo valedor al
director italiano Dario Argento, que
se ofreció como productor ejecutivo.
Romero, además,
pudo contar finalmente con su gran amigo Tom
Savini para realizar el maquillaje y los efectos especiales (en The night of the living dead el prometedor
binomio se evaporo por la marcha de Savini
a Vietnam). El 13 de noviembre de
1977 empezaría el rodaje de Dawn of the
dead.
En Dawn of the dead nos
encontramos puñetazo directo a la cara del consumismo rutilante. No se
trata únicamente de la localización o situación donde se desarrolla la acción
(un centro comercial) lo es, principalmente, por la actitud de los personajes
que intervienen.
Los Zombis en
este caso, tienen más relevancia en la película, sin embargo, lo que sorprende
es el interés que muestran los personajes en poder obtener todo lo que en otra
situación no apocalíptica podrían conseguir de forma gratuita, sin tener en
cuenta, parece, que se encuentran en un verdadero apocalipsis. El desastre
conlleva, de forma indirecta, a la obtención de un beneficio. No es menos cruel ver cómo los muertos,
aunque con una exigua memoria, retornan allí donde más deseaban ir en vida, los
vemos amontonados en las puertas del centro comercial, esperando obtener todo lo que habían necesitado en el pasado. Es
un resumen sintético del mundo capitalista.
Si en The day of
the dead los protagonistas
negativos serán los militares, en este caso lo son los saqueadores, que además
tienen ciertas connotaciones de bárbaros, ya que no se limitan a recoger todo
lo que encuentran, sino que destruyen los zombis de forma completamente gratuita y se ensañan con
ellos. Podemos ver la metáfora de una sociedad que basada en la anarquía
puede ir más allá de los límites.
Visualmente es más impactante que The night of the living dead y The
day of the dead,sin embago esta última tiene más motivos de reflexión, ya
que los personajes luchan contra sus propios fantasmas mientras que los
de The night of the living dead
y Dawn of the dead intentan
sobrevivir valiéndose de cualquier manera posible. En esta Dawn of the dead, los zombis son más
lentos, el color del maquillaje es más rosado (en The day of the dead, lo vemos más azulado por culpa del
supuesto paso del tiempo y del mal estado de la carne). Sigue el arquetipo zombi creado por Romero en The night of the living dead y que
se empezará a perder en la última entrega de la saga.
THE DAY OF
THE DEAD (1982) … NO HAY FUTURO POSIBLE
La última película que conforma la trilogía de los muertos
de George A. Romero y
la más compleja de todas ellas es The day
of the dead.
Como ya hemos comentado anteriormente, los filmes de Romero tienen la cualidad de ir
más allá de una simple cinta de muertos vivientes, lo que las diferencia de las
películas actuales del género no es simplemente algo sustancial y de estilo, la
principal diferencia es que las películas de Romero tienen sentido más allá de la misma pantalla. Esto es
así gracias a personajes como los de este film que, si bien es cierto que en un
primer momento o incluso en un primer visionado nos pueden parecer sencillos e
incluso planos, una revisión de la misma nos deja constancia una fuerza
psicológica mucho más compleja de lo que habíamos creído con anterioridad.
Los muertos vivientes
no son más que meras comparsas dentro de la acción, ya que se transforman en el
elemento que inclina la balanza a favor del drama y de la intriga de la
película. Romero nos muestra qué es vivir aislado, qué significa
compartir el mismo agujero con gente en la que puedes despreciar, ya sea por
ser de otra raza o por pensar y actuar de forma distinta. El filme
logra revelarnos que a veces es mejor
estar fuera, con los muertos vivientes, que a dentro, con los vivos carentes de
principios.
Romero crea
un universo que no es otra cosa que es
un fiel reflejo de la realidad misma, incluso fuera de un infierno
post-apocalíptico. Da a los actores la libertad para expresar lo que
sentirían si realmente sucediera lo que viven en la ficción, y esto se
transforma en actos imprevistos impulsados por situaciones al límite.
Lori Cardille es el ejemplo perfecto: ella ve como su
compañero recibe ataques racistas y psicológicos; su superior, se transforma en
un doctor Frankenstein y
juega con la vida y la muerte, y ella es despreciada por su condición sexual.
Sin embargo, consigue sobrevivir no únicamente al ataque de los zombies, si no también, al ataque de sus
semejantes.
Romero no se
resiste en atacar al estamento militar, muestra un desprecio hacia ellos que va
más allá de la película en cuestión, ya que en posteriores obras les proveerá
de un poder marcial (rozando la figura reaccionaria por antonomasia), véase la
escena de la caravana en
Diary of the
dead. De hecho, los militares son los que empiezan la guerra interna del
grupo, ya que no permiten que nadie traspase las órdenes que ellos han
ordenado, al fin y al cabo Romero les adjudica el rol que tienen
per se: creadores de conflictos y de
destrucción, otra demostración más del realismo del director. Como suele ser
habitual, los que acaban desapareciendo de forma violentísima son precisamente
estos militares, parece claro que les hace pagar por los pecados que han
cometido a lo largo de su estancia en el búnker.
Por otra parte, The
day of the dead introduce una nueva concepción de zombi, y es el hecho del aprendizaje (diferencia, como hemos visto
anteriormente, en The night of the
living dead, donde es el instinto más que la instrucción). Este hecho,
el del aprendizaje, hace que veamos la película con aún más de terror, ya que
entendemos que si pudieran aprender no habría salida posible…
Los efectos especiales y el maquillaje fueron elaborados
otra vez por Tom Savini, que
también hace un pequeño cameo como actor en el mundo Romero protagonizando uno de los asaltantes en Dawn of the dead.
Si ampliamos un poco las miras, está claro que el filme,
visto en su contexto global, es crítico con la sociedad, sin embargo es una
crítica mucho más tacita que en sus anteriores obras.
THE LAND OF
THE DEAD (2005) … EL
MUNDO ES DE LOS MUERTOS
Con The land of the
dead, Romero decidió dar un paso hacia delante a la hora de trabajar con
“sus” muertos vivientes.
Si con
The
night of the living dead les
zombies
tenian el poder de utilizar rudimentarios utensilios para invadir la casa
sitiada, y en
The day of the dead les
dotó de cierto poder cognitivo, en esta
The
land of the dead, Romero no solo
consigue ambas cosas, sino que, además, logra que los muertos vivientes aúnen
esfuerzos para llegar a su “El dorado” particular, utilizando todo tipo de
argucias para alcanzar su objetivo, incluso caminar por debajo el mar.
En esta ocasión los zombies
parecen estar dotados de alma, un alma que no ha perecido, o no en su
totalidad, al menos. Quieren ser como el resto de la gente, pretenden dejar de
ser seres despreciados para convertirse en algo que, incomprensiblemente para
ellos, ya fueron anteriormente. Personas.
Precisamente este es el punto donde la cinta podría flojear,
y donde daría la impresión que Romero
podría titubear un poco, sin embargo, gracias a la dirección, uno puede llegar
a entender los sentimientos de los muertos, uno logra ponerse de su lado (una
vez más en las películas del director de Pittsburg).
Otra característica inconfundible de sus películas es la
crítica, en este caso un juicio moral al
sistema de clases. Romero tiene la
intención de comparar (acertadamente) la vida en las urbes medievalistas con
las ciudades del presente, consigue acertadamente la comparación y muestra que
el ser humano sigue una involución constante hacia su propia autodestrucción.
Se dirige al desastre.
DIARY OF THE DEAD (2007) …
ROMERO Y LAS NUEVAS TECNOLOGIAS
Tras la interesante The
land of the dead, Romero quiso
volver al estado más crítico con una cinta que volvería de dejar ciertamente
desorientados a los críticos.
Algunos pensaban que el talento del director americano quizá
se fue evaporando a lo largo de los años, sin embargo, consiguió sorprender a
más de uno con la producción semi amateur de su nueva cinta. Con un exiguo
presupuesto de casi 2 millones de dólares, Romero
dota a la cinta de personalidad y de tensión localizada.
Si bien es cierto que queda corta en el tratamiento de los
personajes, ya que estos quedan desdibujados por culpa de la misma producción (
la utilización de una cámara subjetiva consigue crear ambientación pero merma
la capacidad de interacción de los personajes), no es menos cierto que la
intencionalidad de Romero no es otra
que la de alertar a los espectadores que, gracias (o por desgracia de) a las
nuevas tecnologías y a la deshumanización de la raza humana, la interrelación
entre dos o más seres cada vez es más opaca , distante e inexistente.
Este planteamiento feroz consigue consolidar el estamento
humano como puro nihilismo, desmembrando constantemente la ética sobre la que
se ha tejido aquello llamado sociedad.
En las películas de Romero
la crítica es constante, sin embargo en este Diary of the dead, va algo más allá. Se desinhibe, de despereza de
todo aquello que le ha encorsetado a lo largo de su vida (los zombis), para centrarse en mostrarnos
que aquello que nos puede destruir es aquello que más nos han empezado a hacer
necesitar. Y es que en este film quizá es el que menos muertos vivientes
aparecen, y los que aparecen, se muestran desde cierta distancia, pretendiendo
mostrar, de forma más o menos implícita, que aquello que se cuenta no va con
ellos, que son un efecto secundario, forman parte del atrezzo o decorado de una película más social que de terror al uso
Como hemos mencionado anteriormente, se
decidió rodar la película con una sola cámara ( en algunas secuencias, de forma
inteligente, el director utiliza dos), esta utilización no es casual, ya que
gracias al plano-contra plano aumenta la dramatización de la escena, con un solo plano sería más que imposible.
Seria increíble dentro de la ficción misma del film.
La película perdió dinero (Como también perdería dinero su
siguiente filme Survival of the dead),
la posible explicación de este hecho puede achacarse al cada vez menor interés
por parte del público por una película más próxima al de autor que al de las
grandes multi salas ( hay que recordar que The
land of de dead obtuvo unos beneficios netos, de más de 30.000.000 de
dólares hasta la fecha) sin embargo, la delgada ( o quizá no tan delgada) línea
que separa una cinta de la otra es la intencionalidad. Con una Romero quería
ganar dinero y con la otra pretendía abrir los ojos de la gente.
SURVIVE OF THE DEAD (2009) …
EL DESGASTE DE UNA SAGA INOLVIDABLE
El (momentáneo) fin de la saga de zombies se personaliza con Survive
of the dead, lamentable última demostración del cine del gran Romero, una cinta en la que se le ve en
bajissima forma, carente del talento en las otras películas de la saga de zombies llegó a mostrar.
En esta Survival of the dead nos encontramos ante la peor de las películas
de genero de Romero, pareciéndose
más a una película de serie Z, y con un trasfondo nada social. Eso lastra aún
más una cinta que no tiene alma, esta carente de interés. Como hemos mencionado
con anterioridad, el director siempre se caracterizó no solo por utilizar a los
muertos vivientes como metáfora de la sociedad, si no que atizaba directamente
a la sociedad sin tapujos de ningún tipo. Aquí lo único que encontramos es una
vuelta de tuerca más para humanizar a los seres fallecidos, pero se la ve forzada,
introducida con calzador.
Lo que sorprende es el poco ( en apariencia) interés que el
director aporta a la cinta, parece un encargo rodado rápido y mal, sin un guión
que consiga disimular las carencias de una dirección horrenda. Tiene la
producción de un telefilm malo, y con una pátina de cine de caballerías,
príncipes y princesas. Es una cinta insípida.
A diferencia de Diary
of the dead, aquí se nos muestra un Romero cansado, poco brillante.
CONCLUSION
La aportación de George A. Romero al mundo del cine es incuestionable y su modo de
ver la sociedad a través de una cámara es único, personal. Imitado hasta la saciedad.
Sin embargo, hay que reconocer que la frescura de su cine ha
ido disminuyendo a medida que han pasado los años y, si bien es cierto que en
este monográfico me he inclinado a referirme únicamente a sus películas más
aclamadas y reconocibles, no es menos cierto que el resto de su filmografía
tiene constantes altibajos.
Desde la soporífera Hungry
Wives (1972), pasando por la insípida The
Crazies (1973), la correcta Creepshow
(1982) hasta la surrealista Bruiser
(2000) nos damos cuenta que el director de Pittsburg
donde realmente se siente más cómodo es rodeado de muertos vivientes, de esos
seres de los cuales él es el creador y gracias a los cuales se le ha reconocido
por todo el planeta.
Se ha llegado a hablar de un remake de Day of the dead, pero no se ha esclarecido si el director seria el
mismo Romero o cedería el cetro a
algún director novel tal y como hizo Clint
Eastwood (tiene más de 74 años). Lo
que parece claro es que la edad no ha hecho mella en el director y este se
sigue implicando en trabajos de toda índole, sigue firmando incontables comics
basados en sus criaturas, realiza charlas en festivales de cine fantástico, etc.
La pregunta que nos queda por responder es, hasta cuándo
tendremos sus walking dead romerianos? La respuesta es difícil por
no decir imposible de contestar. La personalidad del director es tan cambiante (cinematográficamente
hablando) que resulta imprevisible en sí misma.
BIBLIOGRAFÍA
Electrónica:
En papel:
J. SKALL, David.
Monster show, una historia cultural del horror. Palmer Yañez, Oscar. 1ª Ed.
(2008). 570p. Ed. Valdemar.
MARTINEZ LUCENA, Jorge. Vampiros y zombis postmodernos, La
revolución de los hijos de la muerte.1ª Ed. (2010). 190p. Ed. Gedisa.
SERRANO CUETO, José Manuel. Zombie evolution, el libro de
los muertos vivientes en el cine. 1ª Ed (2009). 222p. Ed. T&B.